EL PROTOCOLO FAMILIAR. EL MEJOR MEDIO PARA REGULAR LAS RELACIONES ENTRE LA EMPRESA Y LA FAMILIA.

La organización de la empresa familiar exige un trabajo de reflexión y de estructuración que deben realizar todos los miembros de la familia y documentar en lo que se conoce como Protocolo Familiar. Se trata de un negocio jurídico complejo donde se entremezclan diversas instituciones como contratos reservados, estatutos sociales y capitulaciones matrimoniales.

El Protocolo Familiar es un instrumento que regula las distintas relaciones que se establecen en el seno de la Empresa Familiar, entre los miembros de la Familia, la Empresa y la Propiedad, en orden a lograr un modelo de comunicación y consenso en la toma de decisiones.

Este conjunto de pactos o códigos de conducta que suscriben los miembros del grupo familiar tiene la finalidad de asegurar la continuidad de la Empresa Familiar de una manera eficaz, aunando las inquietudes o necesidades de los miembros de la Familia con las exigencias del desarrollo de la Empresa, anticipándose a las eventuales discrepancias que puedan surgir en su seno y garantizando el mantenimiento de las coordenadas básicas particulares de la Empresa.

Se trata pues, de un mecanismo que trata dar respuesta a los problemas que pueden surgir respecto a la titularidad, sucesión y gobierno de la Empresa Familiar y que puede llegar a afectar a las relaciones profesionales, económicas o incluso personales entre familia y empresa. Se trata, además, de una garantía adicional para terceros, inversores y acreedores, además de para los propios socios, al dotar de previsibilidad el relevo generacional en la sociedad.

Por el Protocolo los miembros de la Familia se comprometen libremente al cumplimiento de las normas y pautas de actuación contenidas en el mismo, guiados por el firme propósito de que tales reglas se incorporen a la tradición familiar y coadyuven a la permanencia de la Empresa. Los aspectos que no estén regulados en el Protocolo Familiar y que puedan acontecer en la práctica diaria, deberán resolverse a la luz de los principios establecidos en el mismo.

En definitiva, el Protocolo Familiar constituye La fórmula más eficaz para regular las relaciones entre la empresa y la familia.